La flor del ceibo – también denominada seibo, seíbo o bucaré – fue declarada flor nacional por decreto del Poder Ejecutivo Nacional en el año 1942, como resultado de una encuesta realizada por un diario, de la que participaron unas 20.000 personas.
El ceibo es un árbol originario de América. Se lo encuentra en Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Crece en las riberas del Paraná y del Río de la Plata, pero también cerca de cursos de agua, lagos y zonas pantanosas.
Sus flores son grandes y de un rojo carmín – científicamente denominadas Erythrina crista-galli (“roja cresta de gallo”), utilizada para teñir telas. Su madera, blanca amarillenta y muy blanda, se utiliza para fabricar algunos artículos de peso reducido. Sus raíces son sólidas y se afirman al suelo contrarrestando la erosión que provocan las aguas.
El decreto 138474 resalta como motivos de la elección:
Que su flor ha sido evocada en leyendas aborígenes y cantada por poetas, sirviendo también de motivo para trozos musicales que han enriquecido nuestro folklore.
Que su color figura entre los que ostenta nuestro escudo, expresión de argentinidad y emblema de nuestra patria.
Su extraordinaria resistencia al medio y su fácil multiplicación han contribuido a la formación geológica del delta mesopotámico, orgullo del país y admiración del mundo.
Que no existe en la República una flor que encierre características botánicas, fitogeográficas, artísticas o históricas que hayan merecido la unanimidad de las opiniones para asignarle jerarquía de flor nacional.