El Padre Ignacio Blanco inició la celebración espiritual abriendo el micrófono a los trabajadores de Telam que querían expresar sus sentimientos. 

Es una emoción inmensa compartir el pan. Este es el acto más revolucionario de compartir el cuerpo de Cristo. Nos da mucha fuerza, emoción y amor recibir el abrazo de ustedes de los Curas en Opción por los Pobres”, sostuvo una compañera.

El padre Ignacio Blanco celebró la ceremonia. /Foto: Somos Télam.

En la celebración hubo lectura del Evangelio, por una trabajadora con la Biblia “La Nueva Alianza” de Editorial San Pablo, y el cancionero acompañado por la guitarra criolla que incluyó temas de Teresa Parodi, Peteco Carabajal y Silvio Rodríguez. Uno de ellos fue “Hay que seguir andando, nomás” inspirado en palabras del obispo asesinado en la última dictadura, Enrique Angelelli.

El diácono “Ricky” Carrizo recordó “la pandemia amarilla del 2018 cuando (el presidente Mauricio) Macri echó masivamente trabajadores en Télam. En ese momento podíamos entrar. Hoy es más doloroso. Ustedes son los condenados, los crucificados, con pruebas falsas, pero van a resucitar”.

El pan para compartir fueron dos grandes flautas, apoyadas en un papel madera, en la pequeña mesa que hizo de altar. El mantel, una bandera de SIPREBA (el gremio de los trabajadores de prensa) una pequeña cruz, una imagen de la Virgen de Luján y varias estampitas de su fiel cuidador y primer devoto, el Negro Manuel.

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María, justo como la Madre de Jesús, fue la artesana de los panes. Estaba exquisito. Ella los partió y compartió. Pasó de mano en mano. Alcanzó para todos. La Eucaristía, la hostia, era pan real. Los curas explicaron que no quisieron realizar una misa con liturgia tradicional católica y consagración para no dejar afuera a los no creyentes. 

Sonaba el tema “La Mesa” de Peteco Carabajal. “Queremos una mesa sin exclusiones, para todos con trabajo, y gracias a Jesús por esta mesa en Telam, para nuestra Argentina, amén“, agregó el Padre Blanco atravesando la emoción. Luego explicó el Padre Paco Olveira que lavar los pies era “el oficio de los esclavos para sus amos”. 

En esa época la mesa no era como hoy la conocemos, se comía a la altura de los pies de allí que los esclavos lavaban los pies. Luego Olveira bendijo las estampitas, recordó la historia del Negro Manuel y citó el Maginificat: “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”.

En el compartir de la palabra fue Fátima Cabrera, compañera del sacerdote desaparecido Patrick Rice, quien invitó al Vía Crucis en Plaza de Mayo, este sábado 30, a partir de las 10 de la mañana, que están invitando varios organismos de derechos humanos y grupos laicos católicos.

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Sonaba “Canción sencilla” que solía cantar el cura mártir Carlos Múgica con el estribillo “Vamos a vencer, va llegar la paz” que cerró con el clamor del histórico cura tercermundista Domingo Bresci. 

Luego, el periodista Pablo Llonto, inspirador con Carla Gaudensi de la celebración de lavados de pies, contó su sensación interna: “Se mueve adentro el niño claretiano (la congregación que lo formó en su infancia)” y añadió: “Esta lucha va marcar otra victoria en la historia de los trabajadores” y ejemplificó el compromiso de los curas obreros como Pancho Soares en los astilleros o Mauricio Silva el barrendero.

La celebración de compartir el pan y recibir el lavados de pies no dejó igual a los trabajadores de Telam tampoco a los religiosos que bendijeron la lucha por el trabajo en la agencia nacional estatal.

Curas y trabajadores, unidos por un reclamo. /Foto: Somos Télam.
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