En abril se volvió a registrar un saldo negativo significativo en la balanza de turismo internacional. En el cuarto mes de 2025 ingresaron 699,3 mil visitantes no residentes, mientras que salieron 1.425,6 mil residentes, resultando en un saldo negativo de 726,3 mil visitantes, de acuerdo con un informe del INDEC.
El acumulado del primer cuatrimestre muestra una salida de 5,957 millones de personas y el ingreso de 2,065 millones de visitantes desde el exterior.
De esta manera, el turismo emisivo (salida de residentes) viene superando al receptivo (ingreso de extranjeros) desde noviembre de 2024.

En abril ingresaron 699,3 mil visitantes no residentes, que marcaron una disminución interanual del 8,3%, mientras que Turistas no residentes alcanzaron los 418,8 mil, con una caída del 4,8%.
Los principales países de origen fueron Uruguay (18,7%), Brasil (18,5%) y Europa (15%).
Por su parte, salieron 1.425,6 mil visitantes, con un aumento interanual del 30,5%, mientras que los turistas fueron 881,2 mil, con un incremento del 24%. Los destinos preferidos fueron Brasil (26,8%), Chile (24,6%) y Paraguay (11,5%).
“En el primer cuatrimestre del año, casi 6 millones de personas viajaron al exterior, una cifra histórica, mientras que solo ingresaron al país 2 millones de turistas, el número más bajo de la última década si se excluyen los años de pandemia. El saldo fue un déficit cercano a los 4 millones de personas, el más alto desde que se tiene registro”, señaló Daniel Schteingart, director de Fundar.
“¿Por qué un déficit tan grande? Porque Argentina está muy cara en dólares. En otros momentos de la historia, cuando hubo grandes déficits turísticos (1980-81, los ’90, 2011-15, 2017-18), la alta demanda de dólares no fue sostenible”, agregó Schteingart.
Reservas internacionales
Desde el CEPEC consideran que el déficit de la balanza turística “genera presión sobre las reservas internacionales (por la mayor demanda de dólares para turismo) y afecta a sectores vinculados al turismo receptivo”.
Y añaden que la sostenida diferencia entre salidas e ingresos “refleja tanto la pérdida de competitividad del país como destino turístico como el mayor poder adquisitivo relativo para viajar al exterior, especialmente a destinos limítrofes. Esta tendencia, de mantenerse, podría profundizar los desafíos en la balanza de pagos”.
LM
