En el verano de 2017 se desprendió un titánico bloque de hielo en la Antártida de unos 5.000 kilómetros cuadrados en la plataforma de hielo de Larsen C. El hecho cambió para siempre el mapa del hemisferio sur, pero atrajo todas las miradas e invitó a analizar las consecuencias del calentamiento global en todo el mundo.
Foto: NASA/John Sonntag
Vista aérea de la grieta en Larsen C
El 10 de noviembre de 2016, científicos de la misión IceBridge de la NASA, un estudio aéreo del hielo polar, obtuvo esta vista aérea de la gran grieta de la plataforma antártica de hielo Larsen C. Ahora, el gigantesco iceberg ya flota a la deriva, según han confirmado desde el proyecto MIDAS, quienes certificaron su desprendimiento entre los días 10 y 12 de julio.
Foto: ESA / Sentinel 1 / Midas Proyect
Secuencia de la fractura
Secuencia de la apertura de la grieta en la plataforma de hielo Larsen C de la peninsula Antártica.
Foto: National Geographic / Camille Seaman
Canal de Lemaire
Una puesta de sol sorprendente enrojece el Canal Lemaire, frente a la costa oeste de la Península Antártica. El hielo costero del continente se está desmoronando a medida que aumentan las temperaturas de océano y atmósfera.
Foto: National Geographic /
Situación de la plataforma de hielo de Larsen C en la península Antártica
La grieta en la plataforma de hielo de Larsen C presenta un crecimiento mucho más rápido que el anticipado por los científicos. Una vez esta llegue a conectar con el mar, originará uno de los mayores icebergs jamás registrados.
Foto: NASA / Adam
Un mosaico de hielo
La plataforma de hielo Larsen está situada a lo largo de la costa noreste de la Península Antártica, uno de los lugares de mayor calentamiento del planeta. En las últimas tres décadas, dos grandes secciones de la plataforma de hielo -Larsen A y B- se han derrumbado. Una tercera sección, Larsen C, parece seguir una trayectoria similar, con un nuevo iceberg a punto de formarse.
El mosaico de la fotografía, centrado en la parte norte de la plataforma de hielo de Larsen, está compuesto por cuatro imágenes de satélite a color natural capturadas entre el 6 y el 8 de enero de 2016. En ella se muestran los remanentes de Larsen A y B.
Foto: National Geographic / Camille Seaman
Bahía de Andvord
El flanco oeste de la Península Antártica se está calentando varias veces más rápido que el resto del planeta. El 90% de sus 674 glaciares están en retroceso en la actualidad. También esta aumentando el número de icebergs en el mar como este en la bahía de Andvord.
Foto: Camille Seaman
Glaciar Totten
En la Antártida Oriental, investigadores australianos investigan las grietas del glaciar Totten, otro que ha empezado a parecer vulnerable.
Foto:National Geographic / Camille Seaman
De glaciar a iceberg
Las curvas de este iceberg dan testimonio del rápido derretimiento que ha experimentado desde que fue arrojado por un glaciar en el Canal Lemaire. En los últimos años se ha experimentado al oeste de la península antártica un aumento de 5 ºC durante el transcurso del invierno.
Foto: Tim Peake / NASA / ESA
El iceberg A56, fotografiado a través de las nubes desde la Estación Espacial Internacional. El mismo ha flotado a través de 1.000 kilómetros desde que se separó de la plataforma de hielo Filchner-Ronne en el año 2000.
La Antártida se divide en icebergs gigantes: el principio del fin
Lo diremos sin rodeos. A vista de pájaro la plataforma de hielo de Pine Island, en la Antártida, es un tren que se dirige hacia la ruina a cámara lenta. Por supuesto desde una perspectiva humana. En tiempo geológico todo está sucediendo en un abrir y cerrar de ojos.
Hace más de 3 décadas que desde la Universidad de California y el Laboratorio de Propulsión a Reacción –JPL por sus siglas en inglés- de la NASA, se viene avisando de que la Antártida Occidental ha comenzado a derretirse. Ahora, el gigantesco bloque que está a punto de separarse de la plataforma de hielo, conocido como Larsen C, puede ser el precursor de un colapso de todo el continente, el cual, de producirse, inundaría un gran número de ciudades costeras en todo el mundo.
Poco a poco los bordes de Larsen C se desmenuzan con la misma facilidad que los muros de un castillo de arena. En su superficie, ajada de cicatrices, se diseminan grandes grietas que se disputan el espacio con lagunas de deshielo de hasta 400 metros cuadrados.
En las últimas décadas las aguas del mar de Amundsen, también en la parte oeste de la Antártida, se han calentado más de 0,5ºC , y en este tiempo, la velocidad a la que el hielo se está derritiendo y fracturando se ha cuadruplicado. Ya entre 2015 y 2016 un bloque de unos 360 kilómetros cuadrados se desprendió alejándose de la costa del mismo mar.
Las predicciones para el aumento de la temperatura, en este caso para el mar de Weddell colindante con Larsen C, se sitúan en los 5ºC de media
Sin embargo, en la actualidad las predicciones para el aumento de la temperatura, en este caso para el mar de Weddell colindante con Larsen C, se sitúan en los 5ºC de media. Esta es la razón por la que muchas plataformas más pequeñas de hielo ya han sucumbido por completo. Y también el motivo y por el que Larsen C está a punto de convertirse en una plataforma de hielo que vagará a la deriva por el océano Antártico hasta fundirse en comunión con sus aguas.
Un iceberg del tamaño de Cantabria
La grieta en Larsen C mide casi 200 kilómetros de largo y en alguna de sus partes el ancho puede alcanzar los 2.000 metros. En su expansión, cuandollegue al final, dará lugar a uno de los icebergs más grandes jamás registrados, de unos 5.000 kilómetros cuadrados, es decir, casi la superficie de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Según el Proyecto Midas, desarrollado por un equipo de investigación conjunto de las Universidades de Swansea y Aberystwyth, y a través del cual se ha monitoreado la fisura desde 2014, debido al estrés generado por la grieta, se espera que la separación de iceberg se produzca muy pronto.
“Cuando la brecha toma un giro de 90º , como es el caso, la fractura está a la vuelta de la esquina. Es cuestión de semanas”
El profesor de la Universidad de California y científico la NASA, Eric J. Rignot, afirma que el reciente giro de la grieta evidencia su temprana fractura. “Según mi experiencia, cuando la brecha toma un giro de 90º, como es el caso, la fractura está a la vuelta de la esquina. Es cuestión de semanas”.
A primera vista la fractura y desprendimiento de esta sección de Larsen C puede verse como un síntoma del calentamiento experimentado durante los últimos años. Un evento quizá poco significativo, ya que en este periodo hemos sido testigo de glaciares de mayor envergadura.
Sin embargo, la importancia de esta fractura radica en que el hielo que esta a punto de desprenderse se encuentra asentado en una serie de islas. Por el contrario, la gran mayoría del resto de la plataforma descansa sobre una cuenca que se interna hasta los 5.000 kilómetros de profundidad, lo que la hace especialmente vulnerable al aumento de la temperatura del océano. Es en este punto donde la situación se complica pues, de producirse el desarme y rotura en pedazos cada vez más pequeños de tal cantidad de hielo, y de producirse sobre todo, tal y como creen los científicos, a una velocidad cada vez mayor, el nivel del mar aumentaría en más de tres metros inundando ciudades enteras en todo el mundo.
De este modo el derretimiento de la plataforma de hielo de Pine Island es un caso dramático. Con 400 metros de espesor de media, entre los años 1994 y 2015 la cantidad de hielo se ha visto mermada en un 10%. Lo más preocupante es que la retirada de hielo de la plataforma Larsen C, podría afectar al vecino glaciar Thwaites, el cual sería susceptible de desestabilizar la mayor parte de la Antártida Occidental.
“Ahora estos glaciares están desapareciendo cada vez más rápido de la superficie de la Tierra”, afirma Rignot, quien lleva estudiando la región desde hace más de dos décadas a través de aviones y satélites. El científico está convencido de que el colapso de la capa occidental de hielo antártico es inevitable. “Es tan solo una cuestión de tiempo. Lo importante es saber si esto ocurrirá en un periodo de 500 años, o en menos de 100. Y sobre todo, si será la humanidad lo suficientemente rápida como para prepararse a los acontecimientos. “Hemos de despejar la incógnita- afirma el investigador- y debemos hacerlo antes de que sea demasiado tarde”.
La plataforma de Larsen C es solo un pequeño aviso.
Fuente:https://bit.ly/2s4gbE4