Esta villa ubicada en la zona centro-oeste de la provincia y a 350 kilómetros de la ciudad de Neuquén, que integra la microrregión del sur o de los Lagos junto a Villa Pehuenia, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Villa La Angostura y Villa Traful, cuenta con los protocolos sanitarios aprobados y está en condiciones de comenzar a recibir visitantes locales.
Aluminé, en Neuquén, potenció varios atractivos para atraer al turismo local cuando vuelva la actividad tras la pandemia de coronavirus, entre los que se destacan los vinculados a la pesca, el senderismo, las caminatas por zonas de montaña, lagos y cordillera, las actividades náuticas, las cabalgatas y el rafting.
Esta villa turística ubicada en la zona centro-oeste de la provincia y a 350 kilómetros de la ciudad de Neuquén, que integra la microrregión del sur o de los Lagos junto a Villa Pehuenia, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Villa La Angostura y Villa Traful, cuenta con los protocolos sanitarios aprobados y está en condiciones de comenzar a recibir visitantes locales.
El secretario de Turismo de Aluminé, Martín Martínez, señaló a Télam que “la semana próxima nos incorporamos al turismo microrregión, que ya está habilitado entre San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Villa La Angostura” y dijo que “la idea es habilitar el circuito Aluminé-Villa Pehuenia para luego integrarnos al resto de la zona”.
“Tuvimos casos en los últimos 30 días pero solo quedan dos activos y la situación está controlada en la microrregión de los Lagos, algo que permite pensar la vuelta de la actividad turística a nivel local”, agregó.
El regreso del turismo local abre la posibilidad de lanzar la temporada de verano, que comienza a mediados de septiembre y se extiende hasta marzo y que convoca a una gran cantidad de visitantes nacionales y extranjeros con dos atractivos salientes que son el rafting y la pesca.
Martínez consideró que “si logramos tener un inicio aceptable en la temporada de pesca, quizás podamos seguir funcionado a pesar de más de 140 días de parálisis y de no haber tenido temporada de nieve en el centro de esquí Batea Mahuida, que está a 60 kilómetros”.
Los prestadores turísticos de Aluminé, donde hay unas 500 plazas de alojamiento, sortearon la crisis provocada por el coronavirus gracias a las ATP y a los créditos subsidiados de los Gobiernos municipal, provincial y nacional, y desarrollaron nuevos atractivos para posicionarse como un destino seguro y de naturaleza para el turismo pospandemia.
Además, cuentan con el programa Incentivo al Residente, que consiste en la entrega por parte del Gobierno provincial de vouchers de 2.000 pesos, 750 pesos y 500 pesos para ser utilizados en distintos servicios turísticos.
Los nuevos atractivos incluyen excursiones de pesca en los ríos Aluminé, Collón, Curá y Limay, donde también se practica rafting, y en los lagos Aluminé, Quillén, Ñorquinco y Pulmarí, espejos de agua muy utilizados para paseos en kayak.
Martínez subrayó que “estas excursiones son ideales para grupos reducidos y permiten tener las mejores vistas de la cordillera, las playas de los lagos, los bosques nativos de araucarias y pehuenes y la nieve”.
La reserva natural urbana Quilquelil, ubicada al pie del cerro del mismo nombre y donde hay actividades como avistamiento de aves, cabalgatas, senderismo, escaladas, rapel y paseos en bicicleta, es otro de los atractivos de este pequeño pueblo neuquino para la nueva etapa en la actividad turística.
La oferta de Aluminé para los visitantes que lleguen tras la pandemia se completa con tres circuitos desarrollados en el parque nacional Lanín, que son el Ruca-Cheroy, el Lago Quillén y el Pehuenia.
“Todos pasan por distintos lagos y espejos de agua, tienen una vegetación típica del bosque andino-patagónico, están rodeados de montañas y de la cordillera y permiten vivenciar la cultura mapuche, algo que caracteriza a esta región”, aseguró el secretario de Turismo de esta villa turística.