A unos 40 kilómetros de la costa norte bonaerense, impacta a los visitantes por su flora y su fauna silvestre y en buen estado de conservación y por atractivos como el edificio de la Prisión Isla Martín García, que funcionó entre 1755 y 1962 y donde estuvieron detenidos los presidentes argentinos Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi.

El turismo de escapadas a lugares abiertos, aconsejable en tiempos de pandemia, tiene en la Isla Martín García, ubicada en el Río de la Plata sobre la desembocadura del arenoso río Uruguay, con atractivos naturales y propuestas vinculadas a la historia y cultura del país, uno de los sitios ideales para pasar un día en familia.

El lugar tiene una variada oferta gastronómica para tentar al turista.

A unos 40 kilómetros de la costa norte bonaerense, la isla impacta a los visitantes por su flora y su fauna silvestre y en buen estado de conservación y por atractivos como el edificio de la Prisión Isla Martín García, que funcionó entre 1755 y 1962 y donde estuvieron detenidos los presidentes argentinos Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi.

El nombre de la isla recuerda a un marino que con su muerte concretó el primer entierro cristiano de lo que luego fue el Virreinato del Río de la Plata.

Este verdadero paraíso de 168 hectáreas en las que viven unas 200 personas, que es la única frontera seca entre Argentina y Uruguay, fue declarada en 1998 como Reserva Natural de Uso Múltiple por albergar una gran cantidad de especies arbóreas y de animales en peligro de extinción.

La isla está impregnada de grandes hechos históricos.

Los biomas predominantes en este espacio natural son el bosque en galería, donde abundan el ceibo y el laurel criollo, el espinal o monte seco, con sus espinillos, los cardones y lapachillos, el arenal poblado de coronillos y las playas con juncales.

La fauna está integrada por más de 250 especies de aves, entre las que se destacan picaflores, gavilanes, crespines, teros, horneros, biguás, garzas, chimangos, cotorras, cardenales, sietecolores, caburés y lechuzas, y también es posible observar lagartos, lagartijas, yararás, tortugas acuáticas, nutrias y, ocasionalmente, yacarés y carpinchos.

Colmada de historias y mitos la isla es un destino cercano para conocer en familia.

El productor agroecológico Facundo Baraldo Martínez, quien reside hace ocho años en la isla, señaló que “este lugar conecta el cuerpo con el ritmo de las estaciones y con el río” y dijo que por ese motivo “es bueno para descansar y apreciar una flora y una fauna increíble”.

Por su parte, Mabel La Torre, una productora de conservas cuyo ingreso principal está sujeto al movimiento turístico, recordó que “hace tres años que decidí radicarme en este verdadero paraíso natural, donde tengo éxito elaborando mermeladas, dulces y escabeches naturales”.

Entre los ceibos, tipas y jacarandás que perfuman el ambiente, las caminatas permiten descubrir los lugares más clásicos de la isla , como el faro, el barrio chino y el cementerio.

Una curiosidad que sorprende a los visitantes y es explicada con orgullo por los residentes, es la historia de una cantera que funcionó en el lugar, de cuyas entrañas se extrajeron los materiales que después formaron parte del empedrado de la ciudad de Buenos Aires.

Los visitantes pueden pasar un momento agradable en las playas de la isla, o hasta animarse a un paseo en kayak.

Otra de las historias que agregan otro atractivo histórico a la isla es el cementerio, creado por orden de Domingo Faustino Sarmiento para llevara a las víctimas ocasionadas por la epidemia de fiebre amarilla que azoló a la zona a principios de 1870.

Pero no es el único cementerio de la isla, de hecho a lo largo de su historia se levantaron cuatro campos santos, uno de los cuales generó infinidad de versiones por sus cruces inclinadas.

Las caminatas permiten conocer su vasta flora y fauna.

Ademásde estos atractivos históricos, la isla Martín García cuenta con un almacén de ramos generales, un local que vende cervezas artesanales, un comedor y hasta un laberinto con minotauro, pero también es el sitio donde se elabora el pan dulce artesanal, que según locales y visitantes, es el más sabroso del país.

Para el relax, luego de recorrer sus lugares típicos y disfrutar de una caminata en el medio natural, los visitantes pueden pasar un momento agradable en las playas de la isla, o hasta animarse a un paseo en kayak.

Su fauna se compone de más de 250 clases aves.

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