Circuito Fito Páez.

Fito es Rosario y Rosario es Fito.

Fito tiene algo de la melancolía tanguera, del desparpajo del rock y de la furia de la ciudad de pobres y nobles corazones. Músico, cantante, poeta, compositor, arreglador y director de cine.

Canalla hasta la médula, desafiando los deseos paternos. Amigo de los suyos de manera inquebrantable. Su familia por elección está llena de nombres rosarinos que lo esperan para encontrarse cada vez que regresa. Hoteles, teatros, bares, restaurantes, casas para zapadas y asados.

Fito se fue para volver. El mismo dice “a veces huir es una salida pero nunca dejamos nuestra patria chica”. Una declaración de uno de los músicos que nos hizo y nos hace bailar, emocionar, reír y que puso siempre la lupa en la poesía de nuestra ciudad para mostrarla al mundo, devolviendo con amor el orgullo de ser rosarino.

Nos dio un legado de un sin número de canciones que muchas generaciones llevan en el alma y que son parte de nuestro aire.

Este circuito propone un recorrido por la historia de la vida de Fito en Rosario. Y te invitamos a conocerla.

Agradecemos las fotos del Museo del Rock, Archivo Diario La Capital, Alejandro Lamas, Daniel Dapari, Raúl Giovagnoli y Alejandro Guerrero

Casa Natal

Fito es Rosario y Rosario es Fito. Músico, cantante, poeta, compositor, arreglador y director de cine.

Rodolfo “Fito” Páez, hijo de Margarita Zulema y Rodolfo, nació el 13 de marzo de 1963, fecha grabada en los rosarinos por uno de sus discos más importantes “del 63”. Vivió en la casa familiar con su padre, su abuela Belia y su tía abuela Pepa, quienes lo criaron y mimaron hasta su partida a Capital Federal en los primeros años de la década del 80. El altillo de la casa de Balcarce 681 fue su refugio y sala de ensayo en donde empezó a probar y a entender los primeros acordes musicales. Su mamá, Margarita, que falleció cuando él era un bebé. Fue una gran concertista de piano de música clásica. En esa casa multicolor siempre estuvo el piano August Förster para escuchar conciertos íntimos de esas mujeres que se divertían tocando. También la radio fue la fiel compañera del padre del pequeño Fito. Compartían sus melodías preferidas los fines de semana escuchando a Sinatra, Mercedes Sosa, Jobim, Piazolla, entre muchos otros.

A la hora de sus primeros juegos, el lugar elegido era la plaza San Martín que se encontraba a metros de su casa. Un entorno lleno de escaleras para subir y bajar, esconderse y jugar al fútbol entre estatuas junto con sus amigos del barrio.

Escuela Primaria Mariano Moreno

En su paso por la escuela primaria Mariano Moreno tuvo su primer contacto con un instrumento musical.

A los 10 años aprendió a tocar el bombo legüero que le regaló su padre. Empezó a sentir el gusto por la escena en los actos escolares, a descubrirse como centro del espectáculo, y que sus temores infantiles quedaran detrás de sus característicos lentes. Tocó clásicos del folclore argentino como Ariel Ramírez, Los Fronterizos, y temas que cantaba la Negra Sosa, entre otros.

Cuando se empezaron a espaciar las visitas a la tumba de su madre, con su padre iban de paseo a la disquería Oliveira a escuchar discos y descubrir nuevas músicas. Además de la rutina de recorrer la cartelera de cines y terminar las veladas en bares como Augustus o Natalie.

Con su abuela Belia también salían a recorrer el centro para hacer compras. Las tiendas La Favorita y La Buena Vista fueron citas obligadas de los sábados a la mañana.

Instituto de Música Scarafía

A los 6 años tocó por primera vez el piano, llamado por la curiosidad de ese mueble que se encontraba cerrado con llave. Así comenzó a transitar por ese camino de corcheas, bemoles y negras.

Con 10 años tomó sus primeras clases con la señora Bustos, una mujer coqueta que le enseñó los primeros rudimentos musicales. Luego siguió en el Instituto Scarafía con el maestro Domingo Scarafía. Tenía que cruzar la calle Balcarce y caminar un par de pasos. Scarafia, que también había sido profesor de su mamá, era riguroso en sus funciones y como bienvenida le entregó el libro “Adiestramiento elemental para músicos” para que estudie un método que se utilizaba en todos los institutos oficiales del país. Fito no era muy afecto a los libros ni al estudio. Tocaba repitiendo lo que escuchaba del maestro. Era un gran simulador hasta que su picardía infantil fue descubierta por un error, y Scarafía lo expulsó del Instituto. Años después, la reconocida pianista Norma Scarafía (hija de Domingo) recordó que su padre adoraba a Fito y se sentía orgulloso del músico en el que se convirtió.

Canalla por amor

El fútbol siempre estuvo presente en su niñez y adolescencia.

El fútbol siempre estuvo presente en su niñez y adolescencia. El flaco y veloz Fito se destacaba entre su banda infantil por sus habilidades y picardía en los picaditos de Plaza San Martín. 

Fito tenía 10 años y en un clásico de los equipos rosarinos que terminó en empate se dio cuenta que los colores que lo seducían eran el azul y el amarillo.

A sabiendas de que muchas veces las pasiones no siempre se heredan, su propio padre, aunque a regañadientes, lo llevó a la vieja cancha de Central de Génova y Cordiviola. Ahí donde selló su pasión auriazul para siempre.

En 1983, ya como músico consagrado y siendo tecladista de su ídolo Charly García, Fito desembarcó en el Gigante de Arroyito en la presentación del disco “Clics Modernos”, en un show donde jugó de local en todos los sentidos.

Escuela Dante Alighieri

A la semana de comenzar la secundaria en la Dante Alighieri comenzó el Golpe Cívico-Militar de 1976 en nuestro país.

Transcurrir los cinco años que le deparaban no fue fácil. La educación en Argentina se volvió más estricta en muchos sentidos. Desde los académicos porque se suprimió el dictado de varias materias como por la disciplina impuesta y los usos de uniformes, cortes de pelo, etc. 

No fue un alumno particularmente rebelde ni aplicado, pero sí ocurrente. En esos tiempos comenzó a ensayar con sus compañeros del secundario en casa de Toto Paniagua, con Mario Pájaro Gómez en batería, Toto Paniagua en guitarra eléctrica, Carlos Rossi en bajo y Fito en piano.

En ese tiempo también formó su primer grupo con Ricardo Vilaseca en piano y Patricio Prieto en guitarras. Hacían covers de grupos nacionales.

Su padre le regaló un piano Yamaha y formó el grupo Graf con Fabián Gallardo, Carlos Murias y Pájaro Gómez. Debutaron en la sala Pau Casals.

El 9 de diciembre de 1980 se despertó con la triste noticia del asesinato del músico John Lennon. Se había muerto alguien importante para él y terminaba la secundaria sin recibirse de bachiller. Fue el cierre de una época.

Club Rosarinos Estudiantil

En este club Fito con su banda Staff ganó el certamen “Festival de Música Progresiva”

En 1980 Fito se convirtió en el líder de la banda Staff, que estaba integrada por Germán Risemberg en bajo y composición, el Pájaro Gómez en batería, Carlos Murias en guitarras y Maxi Ades como invitado en percusión. En Staff, Páez compuso casi la totalidad de los temas de la banda y comenzó a ser mirado por sus pares con admiración. Ensayaban en el depósito de una reconocida zapatería del padre de uno de los músicos, Zapatería Murias y terminaban sus noches en el bar Saudades de Santa Fe y Entre Ríos.

El 10 de agosto de 1980 ganaron el certamen “Festival de Música Progresiva” que se llevó adelante en el club Rosarinos Estudiantil en el que participaron 11 bandas locales.

El premio fue una botella de whisky y dos horas de grabación en un sótano de Dorrego al 700.

En el jurado había artistas como Juan Carlos Baglietto, Juan Chianelli, Rubén Goldín y Norberto Campos, que fueron sorprendidos por Fito.

Otro de los lugares emblemáticos por esos años, donde se presentaron infinidad de bandas tanto nacionales como locales y también se realizaban periódicamente festivales, fue el Club Sportivo América. Ahí se practicaba básquet y se montaba el ring de boxeo que ofició de escenario para Luis Alberto Spinetta, Charly García, Juan Baglietto y todas las bandas rosarinas que surgieron en esos años. Fito fue tanto espectador como protagonista de varios recitales históricos allí.

La Sala Lavardén

La Sala Lavardén fue un trampolín para el despegue de la carrera de Fito.

 Ahí el 7 de mayo de 1981 Baglietto estrenó dos temas de Fito: “Puñal tras puñal” y “La vida es una moneda”.

A partir de ese momento Baglietto fue convocado a participar en grandes eventos en Buenos Aires y deslumbró a ese gran público. Fito comenzó un ida y vuelta entre Rosario y Capital. Vivió en diferentes sitios y participó en distintas formaciones musicales hasta se logró afianzar en Buenos Aires gracias a otro rosarino de pura cepa y gran corazón como Lalo de los Santos, quien lo alojó en muchos sentidos.

Mientras tanto, tuvo lugar la grabación de “Tiempos Difíciles” capitaneado por Juan Baglietto. Fito, de apenas 18 años, hizo muchos arreglos.

Fito volvió a la Lavardén en 1994 cuando el artista decidió reacondicionarla para la grabación de Circo Beat. Fue una obra mayúscula ya que se levantaron butacas, se colocaron telones nuevos, se compraron luces y sonido.

Teatro Astengo

El cantante popular Enrique Llopis quedó deslumbrado por Fito y lo invitó a presentarse con su grupo en el Teatro Fundación I Astengo durante los primeros meses de 1980, luego de haberlo visto tocar en el circuito de bares.

Así Fito, vestido de negro tal como indicaba la ocasión, se presentó en uno de los grandes escenarios de nuestro país por primera vez tocando en un gran piano de cola, acompañando a este cantante popular. Fue cumplir el sueño de tocar en el mismo escenario donde de niño había quedado maravillado por una de las más reconocidas bandas de rock nacional “La Máquina de Hacer Pájaros” en un frío agosto de 1976. 

Teatro El Círculo

El 14 de mayo de 1982 se presentó el disco “Tiempos Difíciles” en el que participaron Sergio Sainz, Luis Cerávolo, José Zappo Aguilera, Rubén Goldín, Juan Baglietto y Fito.

Con arreglos de Ruben Goldín y Páez y la colaboración de Manolo Juárez y Chango Farías Gómez en un tema. Tuvo lugar en el Estadio Obras de Buenos Aires y fue el gran desembarco de rosarinos en los grandes escenarios.

Días después del éxito en la capital, el lugar elegido para presentar este disco en Rosario fue el mítico Teatro El Círculo. Ese fue el debut del rock en uno de los teatros más bellos del país. Así los rosarinos quedaron legitimados en su propia aldea.

El Teatro El Círculo también fue el escenario elegido para que Fito presente por primera vez en su ciudad su primer disco solista “Del 63” en 1984.

Mural de Fito

En el año 2023, en el Pasaje poeta Fabricio Simeoni, se inauguró un mural en homenaje a Fito.

Durante 2022 y 2023 Fito hizo shows en todo el país y en el exterior para festejar los 30 años del disco más vendido del rock nacional “El amor después del amor”, que presentó el 4 de
octubre de 2022 en Rosario. Ese material contiene innumerables guiños y citas hacia la ciudad. 

En el año 2023, en el Pasaje poeta Fabricio Simeoni, se inauguró un mural en homenaje a Fito, que fue pintado por el reconocido artista Gabriel Griffa a pasos de la Plaza de la Cooperación. El trabajo retrata al músico en su etapa actual, con el rostro pintado en escala de grises y en un fondo de colores amarillo, rojo y azul. 

Un lugar ideal para tomar una imagen junto al ídolo y recordar que “Rosario siempre estuvo cerca”.

Fito fue, es y será el hijo dilecto de Rosario. Picardía, talento, rebelión, amor, reflejados en su inmensa carrera musical.